Ante las dudas que pueden surgir en relación al embarazo y acudir al dentista, desde Clínica Dental Perán podemos afirmar que no sólo no está contraindicado, sino que es fundamental visitar a tu dentista y especialmente si existe un problema dental con anterioridad.
Según el mes de embarazo en el que se encuentre, se deben tomar ciertas precauciones, hay que tener control sobre la medicación, la anestesia aplicada y por supuesto evitar el uso de radiografías si no son sumamente necesarias.
Respetando estas indicaciones, la duda sobre si "es seguro acudir al dentista durante el embarazo" queda totalmente despejada. Es seguro y altamente recomendable. Los cuidados bucodentales preventivos, las revisiones, limpiezas, tratamiento de caries, problemas de encías e incluso hasta una endodoncia, son seguros durante el embarazo y muy importantes para la salud tanto de la madre como del futuro bebé.
Ya que en el primer trimestre de embarazo es cuando se desarrollan los órganos del feto, concretamente en los ocho primeras semanas, el dentista evitará utilizar medicamentos, radiografías y no realizará ningún tratamiento más allá de una limpieza dental o una urgencia.
En el segundo trimestre de embarazo, cuando la mayoría de los sistemas ya están desarrollados y principalmente el feto comienza el progreso de crecimiento, es el mejor momento para recibir tratamientos dentales, controlar problemas de desarrollo de caries o enfermedades periodontales.
El tercer trimestre sólo debe servirnos para realizar tratamientos dentales de urgencia, el incremento del tamaño del bebé puede resultar incómodo para la madre en la consulta.
El embarazo produce grandes cambios hormonales que agrava los problemas periodontales, por tanto, es muy importante que antes, durante y después del embarazo se mantenga una correcta higiene dental.
Durante el embarazo se producen con frecuencia problemas de salud dental como la gingivitis.
Las estadísticas hablan entre un 36% y un 100% de posibilidades de que una embarazada contraiga inflamación gingival si antes del embarazo se sufría de ella.
Otras patologías que están estrechamente relacionadas con la gestación, son la excesiva salivación, los desgastes dentales causador por los vómitos y la producción de quistes en las encías, todos ellos generados comúnmente en el primer trimestre.
Los antiinflamatorios como el ibuprofeno así como cualquier otro analgésico deben evitarse.
Para el dolor debemos utilizar únicamente paracetamol.
Antibióticos como la penicilina o amoxicilina son habitualmente seguros, aunque algunos como las tetraciclinas no están recomendados por producir manchas en los dientes.
En definitiva, los fármacos deben administrarse en dosis moderadas, con precaución y teniendo como premisa que el peso molecular de su principio activo no supere los 600, que es el margen tope para no atravesar la barrera placentaria.
La anestesia local se considera segura y no está contraindicada durante el embarazo, ya que las dosis empleadas por el dentista son muy pequeñas.
La lidocaína es el anestésico dental más utilizado y no es tóxico para el feto.
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